La educación no es controlar sino enseñar, en las situaciones del día a día, a comprender cómo comportarse de acuerdo con normas sensatas. Exige que como padres exploremos los sentimientos y pensamientos que tenemos frente a ciertos comportamientos de nuestros hijos. Ser capaces de reconocer lo que sentimos y pensamos en los momentos difíciles con ellos, nos permitirá comprender el porqué de nuestras reacciones, y entender que no siempre la corrección que hacemos es proporcional a la conducta del niño. La educación social del niño es una tarea compleja, y la escuela supone que los padres hayan creado las bases para ser capaces de auocontrolarse, de aceptar los límites, de evitar los conflictos, de convivir con sus pares y colaborar.
Objetivos de formación de los participantes
1. Reconocer que lo que sienten y piensan los adultos frente a determinados comportamientos de sus hijos puede llevar a no corregirlos o por el contrario, a hacerlo en exceso.
2. Reconocer que para establecer normas y corregir a los niños no se requiere de dureza y trato fuerte sino de claridad en lo que se pide y firmeza para sostener la exigencia.
3. Aprender a diferenciar controlar de formar cuando se ponen límites al comportamiento infantil.
Sesión 1. Encaminar con firmeza y calidez
Sesión 2. Establecer límites
Sesión 3. Corregir con paciencia, no con exasperación o rabia